Tendencia y percepción de postureo son dos cosas que parecen ir muy de la mano en las redes sociales, ¿pero qué pasa cuando esa tendencia es la autenticidad? ¿Se ha convertido algo que venia a luchar contra el postureo en algo igual de poco creíble?
Para intentar dar con la respuesta reflexionamos sobre varios casos reflejo de este fenómeno. Por un lado cuentos de Instagram anunciadas como sin filtros y que claramente tienen filtro como consecuencia del gusto estético de quien la pilota. Muy buena oportunidad para marcas que a lo mejor no pueden permitirse acceder a las cuentas principales.
Por otro, lo que se conoce como “sadfishing”: influencers grabándose mientras lloran para buscar la empatía de sus seguidores (y en varios casos, también sus likes, no vamos a engañar a nadie).
Todo esto nos lleva a un metapostureo de doble cara: una positiva que busca acabar con el exceso de irrealidad o falsa felicidad tan tóxico que impera en Instagram, y otra que usa esto con un beneficio lucrativo y que puede acabar generando todo lo contrario. ¿Qué pueden sacar en claro las marcas de esto? ¡No te pierdas nuestros delirios al respecto!